Gerente, mentor, líder, coach

… ¡Todas las anteriores!

Encontramos conceptos cruzados sobre liderazgo en las organizaciones y en la literatura sobre gerencia. Muchas veces no estamos de acuerdo con colegas y seguidores acerca de qué es y cómo se ejerce el mismo.

Las teorías administrativas del siglo 20, orientaron la gerencia eficaz hacia la consecución de resultados numéricos. Pero -opino yo- esto se dio bajo premisas de la era industrial en donde la última unidad de desempeño eran las unidades de producción por hora de trabajo-hombre, un concepto muy operativo y deshumanizante.

Y entonces, ¿qué sucede con la definición y consecución de recursos para ser estratégicos? ¿cómo se logra un desarrollo comercial efectivo? ¿cómo se valora el aprendizaje logrado por el equipo de trabajo? ¿cómo entrego una tarea a alguien que nunca la ha hecho, asegurándome de que la cumple a cabalidad y exitosamente?

Preguntas similares a las anteriores, nos llevaron a definiciones adicionales, como las de mentoría, coaching y la diferenciación entre el líder y el gerente. Dejamos entonces al gerente con la consecución de los resultados numéricos deseados por la organización y la gestión de los recursos para lograrlos. Los recursos pueden ser materiales, activos físicos, canales de distribución y en muchos casos el mal llamado recurso humano al que prefiero referirme como talento humano. Cuando hablamos de nuestro equipo como recursos, los simplificamos al nivel de autómatas que reciben instrucciones y las ejecutan, olvidándonos precisamente del talento que tienen, sus esperanzas y anhelos, frustraciones y miedos y concentrándonos únicamente en cómo los «utilizamos» para obtener el resultado “duro” que piden la gerencia y los accionistas.

Y tuvimos que cambiar el paradigma gerencial por el del líder, mucho más completo y que incluye precisamente contribuir al engrandecimiento de los seres humanos con quienes trabajamos a diferencia de considerarlos instrumentos de producción. Y fue cuando nos encontramos con tres conceptos adicionales:

  • Mentor que es la persona que acompaña y brinda perspectivas desde su conocimiento y experiencia previos. Apoyando procesos de crecimiento de las personas, acortamos su camino de aprendizaje evitando que cometan costosos errores de inexperiencia durante el proceso y aprendiendo nosotros mismos a confiar en sus capacidades.
  • El líder inspira, dicen las definiciones cortas. Fácil decirlo y complejo lograrlo porque el liderazgo inspira cuando parte de auto-conocernos y de actuar en coherencia con lo que decimos.  La falta de coherencia, disminuye nuestra capacidad para influir en los demás. Igual sucede cuando la comunicación es deficiente, entendiendo por esto, que es escasa y no tiene en cuenta a algunos miembros de nuestro equipo para discutir las estrategias, objetivos y éxitos, incurriendo en faltas al reconocimiento que todos pedimos como seres humanos.
  • Y por último, el coach, que cuestiona a los individuos, buscando las últimas verdades con que desempeñan su rol profesional. Un líder que logra ver inconsistencias en su carácter, puede acudir a un coach para verse con mayor objetividad, cambiar y potenciar el resultado de sus acciones. Pero también, el líder actúa como coach haciendo mejores preguntas y escuchando activamente a otros, para conocer mejor el mundo de las personas a quienes lidera y poder ayudarlos a lograr el mejor desarrollo de competencias posible, que los beneficie en su perfil profesional y en su aporte a la organización.

Así, nuestro éxito como líderes, estará en conjugar permanente y hábilmente estas cuatro aristas del liderazgo creando el entorno de confianza y aprendizaje en el que se puede construir y crecer hacia los objetivos con personas que han sido involucradas, acompañadas y orientadas con mejores herramientas de liderazgo.

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