¿Son responsables las personas de tu equipo?

Veo a muchos gerentes con la preocupación por la falta de compromiso, actitud y resultados de las personas a su cargo.

Corporativamente, la manera más objetiva y absoluta de medirnos es numérica: contundente y ácida. Y cuando no sale como quisiéramos, nos “damos palo” a nosotros mismos y en muchos casos a las personas del equipo.

¿Podríamos liderar con mayor ecuanimidad teniendo en cuenta al ser humano que trabaja con nosotros? ¿Cuánto pensamos en él, sus necesidades, crecimiento y aportes para sí mismos y para su organización?

En el mundo ideal, el número debería ser una consecuencia de la acción de individuos comprometidos con su propio éxito y no de individuos tratando de obtener metas con las que no están conectados bien sea porque son impuestas por el ente externo (el jefe o la alta dirección) o el sistema (tengo un trabajo que me da para vivir). Viviendo con estas dos bases como paradigmas, se comportarán en automático, como si la vida no les perteneciera y fuera de otro (el sistema capitalista que les da ingreso a través de un trabajo en una empresa que ni siquiera es de ellos).

¿Y qué podemos hacer para sacarlos del modo automático? Aquí propongo algunas sugerencias:

  • Compartir tiempo personal con ellos: actividades sociales o de esparcimiento con el equipo. En estos espacios muchas veces podemos conocer acerca de su contexto de vida (familia, retos, sueños, dificultades)
  • Entender dónde están en su carrera mientras trabajan con nosotros y cómo nuestra organización les aporta a progresar
  • Conocer sus fortalezas y debilidades para identificar en qué rol se desenvuelven mejor en el equipo
  • Pedirles un plan de logros por el tiempo que estimemos (regularmente se hace de un año), alineado con el progreso que quieren alcanzar en sus carreras
  • Validar con ellos cómo las asignaciones actuales de trabajo, les permitirán alcanzar su plan de logros
  • Establecer los momentos de monitoreo y ajustes
  • Definir las métricas para su actividad y ponerles fecha
  • Entregarles la responsabilidad por las métricas

No creo en motivar a nadie. El resultado es efímero.

Y sí creo que una labor que todos tenemos como líderes, es la de ayudar a que las personas de nuestro equipo se encuentren a sí mismos con los seis primeros puntos. Ayudarles a encontrar su relevancia individual, transformando la idea de una organización fría, gris y desapacible, en el lugar donde los distintos matices de personalidades, habilidades, competencias y éxitos los desarrolla cada individuo en la ambición de quien él quiere ser y se conjugan para lograr que la organización crezca. Así también trabajamos para transformar el rol del líder de perseguidor de metas a impulsador de logros individuales y colectivos.

¿Hay que medir? Por supuesto. Pero entregándoles su responsabilidad con sus números y con su aporte, adueñándolos de la totalidad de su éxito. No con la micro-gerencia de sobrecargarnos a nosotros mismos con la perseguidera frustrante que no logra resultados, nos estresa y sí causa malestar de equipo.

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