¿Alguna vez has tenido la sensación de que tus logros no son suficientes, aunque estés ahí, celebrando o cosechando tu triunfo? Esto es más común de lo que se cree y quiero compartirte algunas “pildoritas” de conciencia para combatirlo:
Lo primero que tenemos que evaluar, es si tendemos a disminuir nuestros éxitos frente a nosotros mismos y ante otros, por costumbre. Probablemente crecimos aprendiendo a ser reconocidos por entes externos como el colegio o los concursos en que participamos y no por nosotros, nos dijeron que hablar de nuestros triunfos era pretencioso o hemos podido ver a otros hablando de sus méritos de una forma que nos parece arrogante y no queremos lucir como ellos.
Lo segundo, debemos tener conciencia de que -si somos usuarios activos en redes sociales- inconscientemente estamos buscando en ellas la aprobación de nuestras publicaciones. Pero lo cierto es que en el mundo real, interactuamos con muchas personas que no nos validan, reconocen o aprueban lo que hacemos porque tienen otras actividades y prioridades en sus vidas, que no tienen nada que ver con nosotros. Así, nuestro propio reconocimiento queda en nuestras manos.
Dicho esto, te recomiendo entonces:
- Cuando tengas un triunfo, por ejemplo, haber ganado el negocio más importante del año, anótalo.
- Acto seguido, escribe las acciones que te llevaron a ganar el negocio. Por ejemplo:
-
-
- identificar un prospecto,
- escuchar con empatía sus necesidades,
- ofrecer un precio que estaba dentro de su presupuesto.
- conocer al grupo de personas que tomaban la decisión y
-
3. Ya que tienes las acciones, respóndete “cómo lograste actuar así”. En nuestro ejemplo pudo ser:
-
-
- haber sido “empático” para escuchar las necesidades del cliente,
- “hábil para comunicar” cómo tu producto o servicio resuelve las necesidades del cliente,
- ser “exhaustivo” para involucrar a los tomadores de decisión y
- ser “creativo” para adaptar tu oferta y precio al presupuesto del cliente.
-
4. Cuando compartas tu triunfo con otros, háblalo en primera persona. Fuiste tú quien obtuvo un logro y es importante que otros lo sepan. No necesitas decirlo de manera arrogante o con tantas palabras que luzcas abrumador.
Finalmente, habiéndote reconocido a ti mismo este logro y las características personales tuyas que te llevaron a conseguirlo, habrás puesto un peldaño en tu progreso profesional, desde donde arrancarás para continuar fortaleciendo estas cualidades o integrar otras a tu perfil y continuar ampliando tu área de conocimiento y experiencia.